Para elegir las zapatillas adecuadas para correr de manera más detallada, debes tener en cuenta una serie de aspectos técnicos que afectan directamente tanto tu rendimiento como tu salud.
Aquí os presentamos una guía más profunda y especializada:
1. Análisis de la Pisada (Biomecánica)
Comprender cómo tu pie interactúa con el suelo mientras corres es crucial para elegir las zapatillas correctas. Existen tres tipos principales de pisada:
- Pronador: El pie tiende a inclinarse hacia adentro cuando corres. Los pronadores suelen requerir zapatillas con control de estabilidad o control de movimiento, con soporte adicional en la zona del arco para corregir este movimiento y evitar lesiones.
- Supinador: El pie tiende a inclinarse hacia afuera. Necesitas zapatillas con amortiguación extra para absorber los impactos, ya que los supinadores tienen menos absorción natural.
- Pisada neutra: El pie no se inclina hacia ningún lado de manera significativa. Se recomiendan zapatillas con buena amortiguación general pero sin soporte específico para corregir el arco.
Para identificar tu tipo de pisada, puedes realizar un estudio biomecánico en una tienda especializada o revisar el desgaste de tus zapatillas actuales. Un desgaste mayor en la parte interna indica pronación, mientras que si el desgaste es en el borde externo, es probable que seas supinador.
2. Superficie de Entrenamiento
La superficie sobre la que corres determina el tipo de zapatilla que necesitas:
- Asfalto o pavimento: El terreno es duro y uniforme, por lo que necesitas zapatillas con alta amortiguación para absorber el impacto constante.
- Trail o montaña: Este tipo de terreno es irregular y accidentado, por lo que las zapatillas deben tener una suela con agarre multidireccional, buena protección en la parte delantera y trasera, y mayor estabilidad lateral.
- Cinta de correr o pista: En estos casos, puedes optar por zapatillas más ligeras con amortiguación moderada y gran flexibilidad, ya que la superficie es más suave.
3. Amortiguación y Tecnología de soporte
- Geles o espumas viscoelásticas: Las marcas líderes como ASICS, Nike o Adidas suelen incorporar tecnologías de amortiguación avanzadas como GEL (ASICS) o Boost (Adidas), diseñadas para distribuir el impacto y reducir la presión sobre las articulaciones.
- Suela intermedia (Midsole): La calidad de la suela intermedia es clave en la amortiguación. Los materiales más utilizados son EVA (etileno-vinil-acetato) y Poliuretano. Evalúa cuál es más cómoda para ti.
- Drop (Diferencial talón-puntera): El drop es la diferencia de altura entre el talón y la parte delantera de la zapatilla. Un drop mayor (8-12 mm) es recomendable para corredores con tendinitis de Aquiles o que buscan más soporte en el talón, mientras que un drop menor (4-6 mm) favorece una pisada más natural.
4. Peso del Corredor y Zapatilla
- Los corredores más pesados (más de 80 kg) suelen necesitar zapatillas con amortiguación más robusta y soporte adicional para reducir el impacto sobre las articulaciones. Las zapatillas diseñadas para corredores ligeros, en cambio, tienden a ser más minimalistas y se centran en mejorar la velocidad.
- Las zapatillas más ligeras son ideales para carreras cortas o de velocidad, mientras que para entrenamientos largos es recomendable un calzado con mayor soporte y durabilidad.
5. Tamaño y Ajuste adecuado
- En general, una zapatilla de running tiene una vida útil de entre 500 y 800 kilómetros. Sin embargo, es importante revisar periódicamente la suela para detectar signos de desgaste, especialmente en la parte de la suela exterior y la amortiguación.
- Las zapatillas de entrenamiento diario tienen mayor durabilidad que las zapatillas de competición, que priorizan la ligereza sobre la longevidad.
6. Durabilidad de la Zapatilla
- En general, una zapatilla de running tiene una vida útil de entre 500 y 800 kilómetros. Sin embargo, es importante revisar periódicamente la suela para detectar signos de desgaste, especialmente en la parte de la suela exterior y la amortiguación.
- Las zapatillas de entrenamiento diario tienen mayor durabilidad que las zapatillas de competición, que priorizan la ligereza sobre la longevidad.
7. Frecuencia de Uso
- Entrenamiento diario: Si corres todos los días o con mucha frecuencia, opta por zapatillas que prioricen la comodidad y durabilidad.
- Carreras rápidas o maratones: Aquí es cuando las zapatillas ligeras y con menor amortiguación son útiles, pero ten en cuenta que suelen desgastarse más rápido.
8. Clima y condiciones meteorológicas
- Si sueles correr en clima húmedo o en terrenos mojados, considera zapatillas con membranas impermeables como Gore-Tex, y suelas con un buen agarre en superficies resbaladizas.
- En climas calurosos, prioriza zapatillas con buena ventilación, ya que un pie sudado aumenta el riesgo de ampollas y molestias.
Ejemplos de zapatillas según necesidades:
- Corredores de larga distancia y maratones: Zapatillas con gran amortiguación, como Nike ZoomX, Adidas Ultraboost o ASICS Gel Nimbus.
- Trail running: Modelos como Salomon Speedcross o Hoka One One Speedgoat, que ofrecen buen agarre y estabilidad.
- Carreras rápidas o cortas: Zapatillas ligeras como Nike Zoom Fly o Adidas Adizero
Resumen:
Elegir las zapatillas adecuadas no solo depende del diseño o la marca, sino de tu biomecánica, el tipo de carrera que realices, y las condiciones del terreno y clima. No dudes en probar diferentes modelos y en hacer un análisis de pisada para asegurarte de que la zapatilla te proporcione soporte y confort para prevenir lesiones y maximizar tu rendimiento.
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